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Comienza el adiós a embarazada e hijos asesinados

Familiares, amigos y compañeritos de los niños asesinados el fin de semana pasado junto a su madre embarazada en Santurce les rindieron tributo esta mañana durante una ceremonia religiosa en la Funeraria Borinquen, previo al sepelio esta tarde.

Tras concluir la ceremonia, a eso de las 11:40 a.m., los participantes del acto se reunieron con otro grupo que esperaba frente a la funeraria para partir rumbo al cementerio municipal de San Juan, donde serán sepultados los cuerpos.

Cientos de personas, sobretodo matrimonios humildes con niños, desbordaron anoche la Funeraria Borinquen en Santurce y las aceras de las calles aledañas para despedir a Lorenis Karen Mejías y sus dos hijos, asesinados a puñaladas y saña el pasado sábado en San Juan Park.

Una fila de personas daba la vuelta a una esquina, enfrente atendían a una joven que se desmayó por el sofoco esperando para entrar en la Funeraria, y en otra esquina de la calle un hombre y una mujer se abrazaban y lloraban bajo un poste del tendido eléctrico.

Lorenis tenía 30 años, estaba embarazada de ocho meses y los macabros detalles sobre cómo fueron encontrados los cadáveres son más estremecedores conforme van trascendiendo de la investigación policial y los informes forenses.

Frente a la entrada de la funeraria hay un carro verde que tiene las puertas abiertas y la música prendida a todo volumen con una balada de reguetón. Tiembla el asfalto. Un hombre, con un brazo sobre una de las puertas del carro, extingue un cigarrillo de un par de caladas. Tiene los ojos enrojecidos. Se llama Héctor Santiago, 'es amigo de la familia' y sólo quiere decir una cosa: 'que se haga justicia'.

El propio superintendente de la Policía, José Figueroa Sancha, se desplazó el mismo sábado a la casa donde fueron encontrados los cadáveres de la madre, degollada, y los dos hijos, con las mandíbulas desencajadas y las caras cortadas como si el asesino hubiera tratado de dibujarles muecas grotescas.

'Quién le quita la vida a tres angelitos?', decía la canción compuesta expresamente por Kelziel y Noriel, dos amigos del padre de Néstor, de diez años, y Jeremy, de ocho. La sintonía acompañará hoy los féretros de los niños.

Los cadáveres los encontró en la sala del apartamento del residencial San Juan Park un hermano de Lorenis, José, quien acudió a la casa echando en falta a su hermana y los niños.

'Sabía que iba a venir tanta gente. A mi hermana la quería todo el mundo', dijo José a NotiCel.

Entre los muchos que no pudieron llegar a entrar a la funeraria estaban Elías y su mujer, vecinos de la familia, 'espantados' por el suceso porque 'nunca' habían visto 'una cosa así, ni la habíamos escuchado'.

'Hay que hacer justicia. Esto ha sorprendido al país entero', dijo Felipe Colón León como si la Isla no estuviera ya curada de espantos.

Colón León estaba allí con su esposa y dos hijos. Uno de ellos, era compañero de clase de uno de los hermanos asesinados y habitualmente todos jugaban juntos.

'Estamos consternados con esta situación, necesitamos más vigilancia, estamos sorprendidos, que se esclarezca el caso, que se haga justicia. Esto no se puede quedar así', clamó el vecino alarmado.

La Policía tiene por el momento tres sospechosos, entre ellos el policía Lisandro Rodríguez, quien mantenía una relación extramarital con la mujer y quien presuntamente era padre del bebé y no quería el embarazo.

Los otros dos sospechosos son la esposa del agente, quien se dice había ido a reclamarle a Mejías, y un primo de Mejías.

El coronel Juan Sergio Rubín, del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC), ha dicho que Rodríguez admitió la relación sentimental con Mejías, pero esperaba por el nacimiento del bebé para confirmar su alegada paternidad mediante una prueba de ADN.

Una ambulancia traslada a una mujer que se desmayó en la fila para entrar a la funeraria.

Haciendo fila había familias enteras y muchos niños de las edades de los fallecidos.

Una multitud indignada desbordó la Funeraria Borinquen anoche para despedir a las víctimas del triple asesinato y reclamar justicia.
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