"Estoy vigilado de forma permanente", se quejó Assange, quien leva un brazalete electrónico de control y debe presentarse todos los días a comisaría.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, acusó a las autoridades estadounidenses de estar intentando recoger informaciones sobre él y sobre otras personas implicadas en la publicación de documentos secretos para lanzar un procedimiento judicial en su contra.

Asimismo, ha considerado que su arresto domiciliario en una zona rural de Inglaterra es "una situación orwelliana", publica hoy el diario El País.

"Estoy vigilado de forma permanente", se quejó Assange en una entrevista emitida esta mañana por la emisora France Info. Y aunque reconoció estar "acostumbrado a este tipo de presión, sostuvo que la situación actual es "tal vez la más dramática" que haya vivido nunca.

Assange, que se encuentra en liberad condicional en Reino Unido desde el 16 de diciembre, lleva un brazalete electrónico de control y debe presentarse todos los días entre las 14.00 y las 17.00 en comisaría.

Hizo las declaraciones antes de acudir esta mañana a los juzgados de Londres para el último paso antes del inicio del proceso de extracción a Suecia, donde los tribunales le acusan de "agresión sexual".

Durante la audiencia, se espera que se establezca un intercambio de pruebas y los testigos que se llamarán para testificar entre las partes de cara a la vista, los próximos 7 y 8 de febrero, en que se decidirá su extradición a Suecia, donde debe declarar por dos presuntos delitos sexuales.

"Estamos trabajando duro para que no se produzca la extradición", señaló su abogada Jennifer Robinson.

Los abogados del antiguo hacker australiano temen que si Reino Unido entrega a Assange a Suecia, éste acabe siendo extraditado a Estados Unidos. Washington está estudiando la posibilidad de acusarlo de espionaje por la difusión en Wikileaks -y en varios diarios internacionales- de cientos de miles de documentos relacionados con la guerra de Irak, el conflicto de Afganistán y los despachos secretos y confidenciales de las embajadas estadounidenses en casi todo el mundo.

Por ahora, sus abogados estudian la posibilidad de solicitar asilo en un tercer país, y entre esas posibilidades estarían al menos Suecia o Australia.