'Cidade maravilhosa cheia de encantos mil', canción icónica de Río que describe perfectamente bien a esta ciudad. He tenido el privilegio de visitar sobre sesenta países y cientos de ciudades, y tengo que decir que es un gran placer escribir sobre la ciudad más espectacular sobre la faz de la tierra.

Río es un lugar que sin lugar a dudas uno debe visitar al menos una vez en la vida. Es divertido para casados, solteros, viejos, jóvenes, hombres, mujeres o familias enteras. Es uno de esos lugares en donde puedes pasar una semana entera y siempre hay algo que hacer y todo tu día estar ocupado. Desde que llegas lo primero que notas es su perfecto acoplamiento con toda la naturaleza que le rodea, la ciudad entera parece surgir del agua y protegida por las montañas y a medida que la vas conociendo te das cuentas que el agua tiene una influencia en todos los aspectos de esta urbe y su gente. Hay una energía contagiosa que fluctúa por todas las calles y que parece ser la única explicación de la personalidad tan amigable, feliz y sandunguera de los cariocas. A pesar de las diferencias de idiomas y de carácter -tomando en consideración que los cariocas siempre están de buen humor y no están nunca quejándose y lloriqueando) uno logra mezclarse entre ellos y llegar a sentir que uno ha pertenecido a ese lugar por siempre.

Las actividades para el visitante parecen no acabar nunca. Mis recomendaciones en una visita de tres a cuatro días son: volar en 'parapente', escalar el Corcovado, escalar el Pão de Açucar, tomar una clase de samba, tomar un par de 'cervecinhas' al pie de los Arcos de Lapa, ver el grandioso estadio de Maracaná y hasta tomar un tour por las favelas ( las barriadas de Río).

Por supuesto, ir a la playa es parte esencial de cualquier visita y es que hay que pasar un par de horas ya sea en Copacabana, Botafogo o Ipanema, especialmente entre el puesto 8 y 9. Y hay que ir a la playa pasando por la experiencia brasileira completa: vistiendo un bikini si eres mujer o una 'sunga' si eres hombre, nada de toallas pero si con un 'kanga' (una especie de 'sarong'), chancletas Havaianas, alquilar una silla y sentarte a mirar la gente bonita tomándote una caipirinha tras otra, de las hechas en los puestos que están en la playa... Y las de maracuyá (parcha) son las óptimas! No sé si es el efecto de las caipirinhas, pero luego parece que el código de vestimenta no se limita a las playas, esa es la manera en que los nativos/as se visten para ir a cualquier parte... LEGAO!!!

Río no es un lugar para restaurantes Michelín, pero su gastronomía es exquisita. La cocina es como su lenguaje: rústica, musical y sabrosa. Hay que comer arroz con feijãos pretos (habichuelas negras), carne en abundancia, coxinhas (rellenos de papa ya sea de carne o pollo), farofa, banana frita, peixe grelhado (pescado a la parrilla), y la joya en la corona: el açaí em tigela (bowl de açaí) una especie de sorbete hecho con un coco púrpura que tiene supuestamente la mayor cantidad de vitaminas, antioxidantes y todas las 'cosas buenas' del mundo y que sabe a gloria y advierto es totalmente adictivo. Ya en el aeropuerto de regreso te pueden estar dando bajones de açaí y el no poderlo conseguir de regreso a tu casa puede resultar en depresión.

En estos días ya pueden verse todas las construcciones en preparativos para la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y las Olimpiadas del 2016. Doy lo que fuera por estar allí durante esos eventos. Cidade maravilhosa, Río... Si solo puedes dar un viajecito este año, ya te recomendé el destino.