Un profesor ‘'prêt-à-porter''
Recuerdo el día en que mi profesora de frances sugirió que me inscribiese a los talleres pedagógicos que estarían por comenzar y me formase como profesor FLE (por sus siglas Frances Lengua Extranjera). Su filosofía de ser polivalente en la vida y tener « muchas cartas en la mano » resonó en mí con cierta familiaridad pues, como egresado de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico, entiendo la importancia de ser multidisciplinario a la hora de gestionar cualquier empresa, ya sea personal, profesional o artística. Aun así, su sugerencia me tomó por sorpresa pues para aquel entonces me encontraba a medio camino de terminar mi último año del grado en Artes Plásticas. La enseñanza del frances sería lo último que me pasara por la mente y apenas acababa de certificar mi nivel en el idioma con un diploma DELF B2, ¡ser profesor de frances no estaba en mis planes!
Comencé a aprender francés en la Alianza Francesa en el 2012. Como estudiante de diseño de modas, me parecía obvio dedicarle tiempo a este idioma de las artes y la moda pues qué mejor lugar para continuar mi formación artística y profesional que en la cuna de la alta costura o haute couture . Ya lo tenía todo planificado! Terminaría mi grado universitario en Diseño de Modas, certificaría mi nivel de francés a través del DELF (Diplôme d'études en langue française), pues es un requisito para acceder a los concours de admisión en las escuelas francesas más prestigiosas y, una vez admitido, partiría hacia mi nueva vida como estudiante de diseño de modas en Francia. Sabía que este idioma abriría las puertas hacia un mundo completamente nuevo.
Con el fin de lograr dicho objetivo me sumergí en el idioma sin reservas, creando una burbuja francófona a mi alrededor. Configuré todos mis dispositivos electrónicos en francés, escuchaba sólo música en francés, intentaba pensar solamente en francés y aprovechaba todas las actividades culturales de la Alianza para poner en práctica todos estos conocimientos y así aprender a hablar como todo un francés. Todos los recursos estaban a mi alcance, la puerta hacia el mundo de la francophonie estaba a punto de ser abierta. Sin embargo, estaba completamente ajeno a cuál sería la verdadera naturaleza del mismo.
No fue hasta que realmente comencé a compartir con personas francófonas que mis intereses cambiaron completamente junto a mi manera de ver la vida. De pronto me encontraba hablando con los vecinos , entiéndase aquellas personas provenientes de las Antillas Menores y Haití, adquiriendo un sentido de pertenencia con mi entorno inmediato, el Caribe, y me vi siendo parte de una comunidad rica en cultura e historia. Además conocí personas estupendas con quienes entablé amistades que durarán para toda la vida. Adquirí una sed insaciable por la aventura y los retos, una vida simple en donde los momentos más preciados se comparten discutiendo los pros y los contra de los temas más controvertibles mientras degustamos algunas copas de vino.
Aprendí a vivir, y al cabo de unos meses me había convertido en una persona completamente distinta. Ya no me interesaba el vaivén de las tendencias sino el estilo único de las personas. No me interesaban las pasarelas sino las calles en donde a diario se paseaba la chica aventurera con su maravillosa falda estampada y sus prendas hindúes. Fue a partir de ese momento en que me interesé verdaderamente por las personas.
Ser polivalente en la vida y tener muchas cartas en la mano ; con esta filosofía me inscribí en la formación para convertirme en profesor FLE.
Quiero compartir con todos esta maravillosa experiencia que es aprender un nuevo idioma y abrirse a un nuevo mundo. Hoy día vemos la adquisición de un nuevo idioma como sólo una herramienta de empleo. Estudiamos día y noche delante de un libro aprendiendo expresiones y repitiendo frases mientras nos privamos de las experiencias más importantes y gratificantes que la vida nos puede ofrecer.
He aprendido que todo lo demás viene por añadidura, las ofertas de empleo, las oportunidades, etc. Es por eso que les recomiendo disfrutarse del proceso, sin atajos ni recovecos. Cada quien a su ritmo y teniendo en mente el motivo real para su aprendizaje, poderse comunicar con el prójimo. Tal vez así, a través de un nuevo par de lentes, u oídos, logren encontrar y descubrir su nuevo yo.