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Ser profesor de francés en Puerto Rico

Los idiomas son fascinantes. Si son lingüistas o simplemente amantes de los idiomas extranjeros, ya saben lo que se siente al aprender un nuevo idioma. Al principio se trata más bien de una montaña enorme que al empezar se ve como un reto imposible, que subimos poco a poco, hasta llegar al punto en que se ve el panorama completo, hasta poder entender al otro sin demasiado esfuerzo, poder hacer chistes, ver una película sin subtítulos y tener acceso a otra visión del mundo. Pero poder enseñar este mismo idioma es aún más…

Acompañar a esta persona en su trayectoria de aprendizaje es como ser padre. Al principio, los estudiantes aprenden los sonidos, descubren otra forma de pensar, experimentan sus primeros tropiezos comunicativos como si fueran bebés. Mientras van adquiriendo nuevas estructuras lingüísticas, nuevas destrezas de comunicación, los vemos crecer y dar sus primeros pasos en francés, hasta que lleguen a cierta autonomía y finalmente acaban siendo francófonos. Como ser padre, enseñar se trata de dar mucho sin condiciones. Aunque como toda profesión, ser profesor de francés tiene sus altas y bajas, pero si corresponde a su personalidad, puede ser un trabajo apasionante.

Sin embargo, saber hablar francés no es lo mismo que saber enseñarlo. Por supuesto, cuando la movilidad internacional no era tan intensa con los progresos técnicos que existen hoy en día, poder hablar francés era suficiente para ser contratado como profesor. Actualmente, ya no lo es. Existe una nueva disciplina en plena expansión en Francia y en el mundo, llamada FLE : Francés como Lengua Extranjera. Se trata de formarse como profesor y aprender todas las técnicas y teorías desarrolladas para enseñar el francés de manera eficaz y atractiva. Como la demanda en cursos de francés en el mundo va creciendo, muchas instituciones como las Alianzas Francesas o universidades francesas enseñan esta disciplina y forman los futuros profesores de francés del mundo.

Todos tenemos nuestros propios recuerdos de la clase de idioma extranjero que tomamos en la escuela o en la universidad. Si nos basamos en nuestra experiencia de alumno, constatamos que la clase de una misma asignatura podía ser fascinante y divertida con ciertos profesores y una pesadilla o un aburrimiento con otros. La pedagogía hace toda la diferencia porque el conocimiento no es suficiente a la hora de motivar a los estudiantes y transmitir un saber.

Además, nuestro público estudiantil no deja de evolucionar en cuanto a sus intereses, su visión del mundo y a su manera de acceder al saber. Antes el profesor representaba un saber irrefutable. Ahora si un estudiante busca una palabra, necesita saber algo, acude a su smartphone con su aplicación o busca en Google y Wikipedia. Hoy el saber es de todos, el profesor ya no es el único que tiene todas las respuestas. Los niños del 2014 nacen con el 'mouse' en una mano y la tablet en la otra. Los estudiantes de hoy y mañana ya no pueden sufrir un aprendizaje pasivo, necesitan ser actores de su aprendizaje, piden interacción y dinamismo. Las exigencias y los estudiantes han cambiado y por ende la manera de enseñar tiene que cambiar, evolucionar para adaptarse a su nuevo público.

Por supuesto, no hay una sola forma de ser profesor y no existe el profesor ideal. Cada profesor tiene su propio estilo, su personalidad, sus preferencias pedagógicas y su emotividad. Pero sentirse equipado con unas buenas herramientas para enseñar es primordial a la hora de lanzarse a la profesión. Por eso existen ahora muchas oportunidades para formarse como profesor de FLE (francés como lengua extranjera) como las maestrías en las universidades francesas, los estudios universitarios a distancia y talleres pedagógicos en institutos de idioma.

La primera cualidad para ser profesor FLE es: ser paciente. Aprender un nuevo idioma puede tomar mucho tiempo y hay que entender la frustración de los estudiantes, motivarlos y darles confianza. Además, el profesor de francés tendrá que ser muy observador y diagnosticar las dificultades lingüísticas o comunicativas y brindar su ayuda constante al estudiantado con mucha paciencia / simpatía.

Para ser profesor de FLE (Francés Lengua Extranjera), muchos franceses optan por la Maestría FLE que ofrecen muchas universidades después de haber obtenido un bachillerato en otro idioma extranjero (español, inglés u otro). Durante esta maestría, se requiere al futuro profesor hacer una práctica pedagógica que consiste en dar y observar un número determinado de horas de clase. Esa parte práctica es sumamente importante y complementa el aspecto teórico de la formación.

Siendo extranjero, uno de los requisitos para inscribirse en la maestría es tener un nivel lingüístico de francés C1 (según el Marco Europeo Común de Referencia). Para certificarse, uno puede acudir a instituciones capacitada para dar el examen del DALF como La Alianza Francesa en el caso de Puerto Rico. Si el estudiar en Europa no es opción viable, la Alianza Francesa imparte una formación pedagógica FLE mediante unos talleres pedagógicos todo el año que combinan la teoría y la práctica para actuales y futuros profesores de francés de la isla.

El mercado profesional en cuanto al ofrecimiento de los cursos de francés en Puerto Rico es bastante atípico. En efecto, la formación FLE en Puerto Rico tiene muchas salidas al nivel profesional puesto que los profesores de francés son de difícil reclutamiento mientras que la demanda es grande. Ahora bien, siempre se plantea el problema de la precariedad laboral en cuanto a los contratos temporeros o tipo servicios profesionales como toda profesión cuando uno empieza su carrera.

Sin embargo, estudiar el FLE puede desembocar en una carrera relacionada con el mundo de la edición de libros pedagógicos, la innovación tecnológica en la enseñanza, la elaboración de recursos pedagógicos y la coordinación de personal docente. Aquí les dejo un enlace para apreciar algunas ofertas de empleo FLE en el mundo: http://www.fle.fr/fr/pages-pro/emplois

Si ustedes están aprendiendo francés, aún si piensan que es sólo un pasatiempo, les recomiendo dedicarle el mejor empeño posible ya que nunca se sabe que las oportunidades u obstáculos que podrán encontrar en su vida profesional. La verdad es que hoy en día, tenemos que ser polivalente y considerar otras vías profesionales. La vida es un juego, y para jugarlo bien, mejor tener muchas cartas en mano!

*La autora es Capacitadora Pedagógica de la