Clases sin salones
Durante mis doce años de educación pre universitaria fui una estudiante muy inquieta. Eso de estar seis horas en un pupitre, copiando y respondiendo preguntas sin sentido, no era muy de mi agrado.
Por tal razón mi madre, Ana H. Quintero, fue citada por diferentes maestros, porque como decía uno de ellos 'esa nena se divierte hasta sola'. Mi madre encontraba fascinante ese dato, pues se lo adjudicaba a la creatividad, pero mi madre es una en un millón, pues el dato que ella encontraba fascinante otras madres o padres no lo verían así, ya que la forma de la escuela informarlas conllevaba un castigo. Castigo que podría llevar a la expulsión de sus hijos, causando en muchos casos no sólo la perdida de la autoestima del estudiante, sino la pérdida de una autoestima familiar.
No fue hasta más adentrada a mi adultez que pude apreciar toda esta comprensión de mis padres, y es que ambos han dedicado parte de su vida a intentar mejorar la calidad de las escuelas del sistema público, a que tengan unos ofrecimientos más atractivos para el estudiante, con el propósito de que el estudiante pueda completar sus estudios. Y en ese intento de mejorar las condiciones del sistema público, se encontraron con Nuestra Escuela, Inc.
Nuestra Escuela, Inc. sostuvo por casi cuatro años una relación con los Centros de Apoyo Sustentable al Alumno (CASA), los cuales asignan fondos a organizaciones sin fines de lucro educativas con el objetivo de atender de una forma alternativa a esa corriente de estudiantes que no completan el cuarto año. Sin embargo, aunque ofrecían fondos a escuelas alternativas, las condiciones para recibir los fondos eran muy parecidas a las de la escuela pública. Por lo tanto, Nuestra Escuela se encontró con la contradicción de ser denominada una escuela alternativa pero ofrecía las clases de una forma muy tradicional. Ante esta contradicción, la dirección de Nuestra Escuela decidió hacer un cambio.
En junio del 2012 fue aprobada por la Legislatura de Puerto Rico la Ley 213; La Ley Habilitadora de la Alianza para la Educación Alternativa (AEA). Bajo esta ley la AEA está constituida por organizaciones de bases comunitarias para el desarrollo y expansión de los centros de la educación alternativa, las escuelas de la alianza en este momentos son ASPIRA, Proyecto Nacer, Centros Sor Isolina Ferré, PECES y Nuestra Escuela, Inc. Aparte de estas organizaciones, la AEA recibe anualmente propuestas de organizaciones educativas para competir por unos fondos que están destinados al desarrollo de nuevos centros educativos o al mejoramiento de los ya existentes. Con esta ley los centros que reciben los fondos no tienen las condiciones impuestas por el proyecto CASA, sino la libertad de, como escuelas alternativas, poder diseñar y ofrecer clases a sus estudiantes de una forma diferente.
Con esta libertad los directores de Nuestra Escuela, Justo Méndez Arámburu y Ana Yris Guzmán Torres, interesan iniciar un ofrecimiento académico totalmente alternativo con un grupo piloto de 70 estudiantes. El proyecto se está llevando a cabo en conjunto con diez integrantes de la comunidad escolar, una mezcla de maestros, trabajadores sociales y equipo de administración, no todos maestros, pero todos con algo en común: entienden la misión y visión de Nuestra Escuela. Este grupo de pioneros (Siri, Alex, Militza, Fitzroy, Frances, Glendaliz, Yarelis, Jorge, Omar y José Carlos -cuatro de los cuales son egresados de Nuestra Escuela), comenzaron un nuevo proceso diferente, hace apenas tres semanas. Lo primero que hicieron fue que este grupo de 70 estudiantes, con la coordinación de los 10 facilitadores, tienen el reto de tomar sus clases sin salones. La idea es simple pero difícil de comprender para muchos; se trata de devolverles la educación a los/las jóvenes.
El primer paso es participar en conjunto en el Taller de Esencia Vital, vivencial para que los estudiantes puedan pasar por un proceso de sanación y de establecimiento de metas. Luego de haber convivido por tres días en el Taller Esencia Vital en las montañas de Orocovis, se inicia la creación de los Círculos donde dos adultos apoyan a doce de los/las jóvenes desde una perspectiva donde nos vemos como iguales y nosotros somos meros facilitadores del proceso. Luego de trabajar varias dinámicas, actividades, juegos colectivos y otros, comenzamos adultos y jóvenes el proceso de desarrollar el Plan Estratégico Personalizado (PEP), el cual contiene todos los elementos que nos permitirán, una vez completado el mismo, identificar las áreas de nuestra vida que queremos mejorar, incluyendo aspectos académicos. Los/las jóvenes se apoderan de su educación reconociendo que ellos/as son los protagonistas principales e identificando sus intereses, sus fortalezas y necesidades. Decidiendo a su vez: qué, cómo, cuándo y dónde aprender. Hay un dicho que dice 'Nadie aprende por cabeza ajena' y de eso precisamente se trata, de que los/las jóvenes vivan las experiencias que les permitirán identificar su propósito en la vida exponiéndose al mundo diverso en que vivimos. Haciendo hincapié en que la importancia es la comprensión de los temas y no repetir como papagayos una serie de datos que no tienen ningún significado para el mejoramiento de sus vidas. Esto con el acompañamiento de dos adultos que, además de ser sus 'guías', también son sus pares en esta aventura del aprendizaje. Y es que si las destrezas más importantes en la vida son la comprensión, interpretación, toma de decisiones, creatividad y el trabajo en equipo, trabajémoslas entonces de formas distintas, devolviendo al/la joven el amor hacia sí mismo/a, por el aprendizaje, por la vida, por su comunidad y por su país.
A través de los Círculos, que es la metodología utilizada para las reuniones como grupo de apoyo y comunidad, se crea un ambiente donde se logra trabajar no sólo el área académica, sino también el aspecto social y afectivo. El Círculo permite el contacto visual de todos/as los/las participantes, conexión que cambia totalmente el ambiente de trabajo porque la unidad surge evidentemente luego de un rato. El proceso educativo comienza desde el primer encuentro y es que el aprendizaje incluye lo que hemos llamado destrezas para la vida, reconociendo que es imprescindible atender la espiritualidad de nuestra juventud de una forma adecuada. En palabras de una estudiante: 'Me siento en familia, aquí puedo hablar de lo que me duele, de lo que me preocupa, sin que me regañen'
Al momento estamos iniciando el proceso. Iremos descubriendo cómo en el camino los estudiantes van adquiriendo las competencias académicas que necesitan para alcanzar sus sueños. Para esto hemos compartido experiencias entre los facilitadores de círculos y hemos tenido constantes reuniones para prepararnos. Con este fin uno de nuestros compañeros, Josué McGrath, ha apoyado los círculos teniendo conversaciones con los facilitadores sobre temas relacionados al propósito de los mismos. Entre estos temas se encuentran: círculos de aprendizaje y apoyo mutuo, planes estratégicos personales, aprendizaje autogestionado, educación basada en proyectos y educación democrática.
En estas tres semanas nos hemos reiterado en la importancia de trabajar en comunidad y en constante reflexión. Y sobre todo, hemos aprendido que estudiantes somos todos y que el aprendizaje real se hace en comunidad.
*La autora es parte de Nuestra Escuela. Tomado de 80 Grados. Siri Rolón, Trabajadora Social y Facilitadora de Nuestra Escuela, colaboró en la redacción de esta columna.