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80 Grados

Las inesperadas historias de Occupy Wall Street

Por Mariana Reyes Angleró*/'Aspiramos a una sociedad realmente libre, democrática y justa', así lee la primera línea del breve manifiesto presentado a la masa que ocupaba Zuccotti Park por el grupo encargado de redactar la visión y las metas del movimiento, según el relato de Michael Moore.

El movimiento está integrado por gente de todo tipo. Y ya se apuntó la victoria de presionar a Bank of America para que desistiera de su intento de añadirle cargos por servicio a las transacciones con ATH. El banco –uno de los más grandes y ricos de Estados Unidos- quería cobrarle un porciento a los clientes por usar su propio dinero. Es un logro sin duda. Occupy es una especie de contraparte –cuerda- al Tea Party. Pero no queda claro cuál será el efecto a largo plazo de los Occupy, que ya hoy se han extendido a todas las grandes ciudades de Estados Unidos.

'El movimiento ya está teniendo impacto, va a ser un movimiento que su comparación es el movimiento antiguerra de los sesenta', explica Ydanis Rodríguez, miembro del Concejo Municipal de la ciudad de Nueva York. 'El otro impacto que creo que va a tener el movimiento es que está generando la conversación sobre cómo las corporaciones han jugado un papel en silenciar a la clase trabajadora y a la clase media'. Rodríguez, nacido y criado en Santiago, República Dominicana, representa el distrito 10 –Washington Heights- barrio que alberga a la mayor parte de los dominicanos de la ciudad.

'El movimiento encarna la voz de la clase trabajadora y la clase media que se siente frustrada de no tener los mismos beneficios que han tenido las comunidades del 1%. Propone que el 1% haga mayores contribuciones y que la clase trabajadora y la clase media tenga mayores oportunidades; que comunidades como Washington Heights, El Barrio, el sur del Bronx puedan tener escuelas de calidad, educación de calidad, viviendas decentes y asequibles'.

Los Occupy no siguen un patrón. Los reclamos son sumamente amplios y la organización es poco tradicional. Pero también se han sumado aliados tradicionales: los sindicatos, los estudiantes y los funcionarios electos de grupos minoritarios, como es el caso de Rodríguez, que presentó una moción para que el Concejo Municipal apoye formalmente la protesta. Hay que tener en cuenta que aunque el Concejo Municipal vendría siendo el equivalente a las Asambleas Municipales en Puerto Rico, en realidad debería compararse con la legislatura estatal de cualquier otro lugar porque representan a millones de personas y su visibilidad es hasta mayor que la que tienen los representantes a nivel del estado. Pero estos concejales latinos no se han limitado a vociferar su apoyo, han sufrido además macanazos y cárcel.

'Yo no lo estaba buscando', explica Rodríguez y aclara que ha participado de la desobediencia civil en otras instancias, como en la lucha contra la Marina en Vieques y en las protestas contra la ley antiinmigrante de Arizona. 'Mi compañera me advirtió que tuviera cuidado porque teníamos una reunión al otro día a las 8:00am en una de las escuelas que estamos viendo para nuestra hija. Fui pretendiendo estar como observador y en calidad de oficial electo. Me identifiqué con la policía, les dije: Soy el concejal Ydanis Rodríguez… no permitieron ni que terminara la oración cuando ya estaba en el piso arrestado con otras personas, dos de ellos periodistas'. Pasó 18 horas encerrado luego de lo que catalogó como una 'operación militar' ordenada por el alcalde, Michael Bloomberg, para sacar a los manifestantes de Zucotti Park.

Yoryie Irizarry no corrió la misma suerte. Es un ciudadano de a pie que, aunque nunca pasó una noche allí, iba 4 o 5 veces a la semana a participar en la protesta. Lo que motivó a este puertorriqueño residente de El Bronx a unirse al movimiento resume el sentir de los ocupantes.

'Ya hace tiempo me venía sintiendo aplastado por la falta de regulaciones que nos protegieran de la avaricia de Wall Street, los constantes ataques a reivindicaciones que había conquistado el sector laboral, la poca calidad de servicios provistos por los seguros médicos que cada vez cuestan más y cubren menos. Los fraudes de hipotecas que dejaron tanta gente en la calle, bancos con cada ves más 'fees' que ya ni pagan intereses por guardar tu dinero y multiplicarlo, la desaparición del mercado de empleos, los préstamos estudiantiles onerosos en un sistema usurero que nos mantienen en la pobreza por décadas después de la graduación, la desaparición de la libre competencia y aparición de 3 o 4 monopolios que lo dominan todo sin que uno tenga escape, el hecho de quedarme desempleado porque el mismo gobernador (Cuomo) que rehusó subirle los taxes a los ricos recortó presupuestos a las tres ramas de gobierno eliminando así el empleo de mucha gente, el desprecio por el servicio público y la adoración a lo privatizado, de todo eso se hablaba allí… y por eso estaba allí'. Nadie lo convocó. No es parte de ningún grupo en particular, simplemente llegó allí.

'El dueño de Fedex o de Blue Cross o Exxon puede sentarse a comer con alcaldes y congresistas cuando le da la gana, las cifras de dinero que se gastan en cabildeo están en los billones'. En cambio, sugiere Irizarry, Occupy es una opción de lucha popular. 'Yo creo que Occupy', añadió, 'ha impactado el diálogo nacional y ha convencido a la gente de que solo en la calle todos los días vamos a lograr que se nos escuche'.

Pero ya desarticulado el campamento de Zucotti, cuál es el próximo paso? A dónde se mueve la inconformidad?

'Estamos hablando de las frustraciones de millones de personas a nivel de la nación y del mundo', dice Rodríguez, con optimismo. 'Hay que seguir, la táctica puede cambiar pero la lucha va a continuar generando apoyo al movimiento. Aunque el alcalde sacó a los ocupantes, o las casas de campaña, la realidad es que no va a poder sacar este movimiento'. Y entonces parafrasea a Calle 13: 'Nadie puede comprar mi vida y nadie va a poder acabar con este movimiento'.

LA VISIÓN DEL MOVIMIENTO

[1] a truly free, democratic, and just society; [2] where we, the people, come together and solve our problems by consensus; [3] where people are encouraged to take personal and collective responsibility and participate in decision making; [4] where we learn to live in harmony and embrace principles of toleration and respect for diversity and the differing views of others; [5] where we secure the civil and human rights of all from violation by tyrannical forces and unjust governments; [6] where political and economic institutions work to benefit all, not just the privileged few; [7] where we provide full and free education to everyone, not merely to get jobs but to grow and flourish as human beings; [8] where we value human needs over monetary gain, to ensure decent standards of living without which effective democracy is impossible; [9] where we work together to protect the global environment to ensure that future generations will have safe and clean air, water and food supplies, and will be able to enjoy the beauty and bounty of nature that past generations have enjoyed.

*La autora es periodista. Publicado originalmente en 80 Grados.